sábado, 29 de mayo de 2010

Educación Inclusiva y discapacidad (Entrevista)

La siguiente es una entrevista realizada a María Rosa Maldonado. Poeta, docente, con varios libros publicados en su haber y con una vasta experiencia en la coordinación de talleres de poesía para personas que sufren algún tipo de discapacidad.

¿Existe alguna dificultad o limitación específica a la hora de implementar un taller de poesía para personas que sufren algún tipo de discapacidad?


En principio, no existe la persona que no soporte alguna discapacidad. Todos los seres humanos, por el mero hecho de serlo, son criaturas complejas e incompletas. El concepto de normalidad es estadístico pero no real y cada uno se aproxima de un modo particular a ese patrón. Tal vez ese fundamento de lo humano sea la raíz de su potencialidad creativa. Si ya lo tuviéramos todo, para qué desearíamos buscar algo, indeterminado y fugitivo, magnífico e inalcanzable, como el poema? Transformar el dolor en belleza, creo yo, es una de las funciones inherentes al arte. En cuanto a las dificultades concretas, no, no me he encontrado con ninguna. En el caso de las personas ciegas, además de las lecturas, trabajo con estímulos musicales, táctiles y otros recursos generales del taller. Bástenos recordar los grandes nombres de poetas ciegos, comenzando por Homero y terminando con Jorge Luís Borges, sabiendo todos los grandes nombre que palpitan entre ellos.

Qué nos puede contar acerca de la interacción en sus talleres entre personas que tienen una discapacidad y las que no. ¿Se produce algún tipo de intercambio enriquecedor? A su juicio ¿Quién sale más beneficiado?

El ideal de una sociedad con pretensiones de humanista es la igualdad de sus habitantes, no sólo en cuanto a sus posibilidades potenciales sino en cuanto a su “lugar” de encuentro y de interacción con los semejantes. En este sentido, no creo en los “talleres para” tal o cual sector. Ni en relación a las discapacidades ni de edad ni de ninguna otra índole. Abrir un espacio para todos es educar en la madurez cívica y humana. Aprendo del otro, siempre. El intercambio enriquecedor se da espontáneamente y no se determina por una condición a priori sino por la capacidad de cada uno para aprender. Todos salimos beneficiados, si sabemos aprovechar lo que la vida y el otro nos va dando.

¿Ha notado un patrón de imágenes específicas que se puedan vincular a ciertos tipos de discapacidades? Es decir, que las personas que sufren una discapacidad sensorial utilicen imágenes diferentes a las personas con alguna dificultad motora.

No exactamente un patrón de imágenes pero indudablemente las problemáticas se manifiestan en los temas y las imágenes utilizadas. Recuerdo en este momento a una gran escritora, Siria Poletti, que padecía de una deformación de columna que le produjo una joroba en un lado de su espalda; ella escribió un bello cuento, magníficamente ilustrado por Soldi, titulado “El ángel de una sola ala”. La referencia a la oscuridad puede ser un tema reincidente entre los ciegos, o simplemente la alusión a esa carencia estar presente en los escritos. Esto no es ley, ni invalida el valor del texto. Aun así, los temas generales prevalecen. Somos seres con problemáticas existenciales y con un bagaje inconsciente de imágenes comunes a todos.

¿Considera la experiencia positiva para la persona que sufre algún tipo de discapacidad? ¿Encuentra algún caso en que este tipo de experiencia no podría aconsejarse?

Empiezo por la última pregunta. La experiencia de la creación estética no es desaconsejable en ningún caso. Todo lo contrario. Que el arte es curativo es una idea muy antigua. Ya para los griegos la tragedia tenía la virtud de ser catártica. Es decir, producía una “purga” que limpiaba el alma de sus pasiones y obsesiones. Crear es seguir un camino hacia el conocimiento de si mismo y este conocimiento siempre conlleva una mejor armonización con el todo, del cual somos parte.

¿Qué fue lo que más le impactó durante una de estas experiencias con personas discapacitadas? ¿Podría relatarnos algún acontecimiento que la haya emocionado en particular?


Bueno, aun a riesgo de terminar esta entrevista con un poco profesional comentario, debo confesar que el acontecimiento más importante y emocionante de mi experiencia en talleres con discapacitados visuales es el haberme casado con uno de ellos. ¡Hay que tener mucho cuidado, nadie sabe en que rincón se oculta el futuro marido!

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